domingo, 15 de julio de 2012

Resumen de los acontecimientos: Final de Buenos Aires - Iguazú - Asunción

El sábado fue un buen día. Fuimos a la zona de Palermo, que es la "zona de compras" de Buenos Aires. Empezamos el paseo en la zona del jardín botánico.

Al llegar a la zona de compras descubrimos que somos demasiado madrugadores, y que faltaba una hora por lo menos para que estuvieran montados los mercados, así que "matamos" el tiempo con un "mate" con "medias lunas".





Lo que debería haber sido media hora de ver un mercado de una plaza se transformó en dos horas de conversación interesantísima con un fotógrafo español que tenía un puestecito en ese mercado en el que vendía copias de sus fotos. Nos encantó su proyecto. Lo dejó todo y se fue dos años a viajar y fotografiar lo que veía. Cualquiera de estas fotos podríamos encontrarlas en el futuro en revistas de viajes, o en el National Geographic, porque son impresionantes. Su flickr es www.flickr.com/photos/inigolai Merece la pena echar un vistazo a sus galerías.

Después visitamos algunos parques de la zona, en los que se respiraba "buen rollo" por todas partes. Gente paseando, gente corriendo, en monopatín, bicicleta, jugando al fútbol, haciendo fotos tipo estudio o practicando equilibrismo. Éstas son un par de instantáneas del Rosedal.



Y de allí, dimos un paseo nocturno por la ciudad, viendo algunos de los monumentos más interesantes, como el teatro colón o el obelisco. 



El domingo madrugamos y nos preparamos para el que sería nuestro último paseo por la capital: La feria de San Telmo. Es una especie de rastro o feria de antigüedades, pero con el encanto argentino presente en cada esquina. 







 Cuando descubrí el cartel de la foto de a continuación, automáticamente supe que tenía que ser mío... lástima que no cabía en la maleta... Prohibido entrar con caballos, es buenísimo... 


Adiós Capital Federal. Después del agradable y tranquilo paseo por San Telmo, nos fuimos a coger el autobús de 20 horas que nos iba a llevar a Iguazú., provincia de Misiones. Cuando piensas en un autobús de 20 horas te entra una sensación poco agradable, pero cuando subes y ves en que asiento vas a viajar la cosa cambia. Bravo por los autobuses argentinos. Se que mi cara no es de "bravo", pero en serio, estaba súper cansada. 




Algo curioso. Nuestro vecino de atrás en el autobús es una futura estrella argentina. Uno de esos chicos que ganan programas tipo "Factor X", que en este caso es una versión argentina llamada "Soñando con cantar", o algo así. El caso es que han formado un grupo con las 5 mejores voces que pretende arrasar a lo Justin Bieber por estas tierras y ser la sensación de las adolescentes. Ahora están constituyendo el grupo. Tiempo al tiempo. Su nombre es Elías Acuña... os dejo un vídeo de youtube en el que demuestra de lo que es capaz...







 A la mañana siguiente nos despertamos en Misiones. Desde la ventana sólo se veían poblados sobre tierras rojas y rodeados de vegetación. Faltaban pocas horas para llegar a Puerto Iguazú, Argentina. Pasamos la primera tarde en el lado argentino de las cataratas. Nuestro primer contacto fue después de unos 15 minutos  caminando por estas pasarelas, que llevaban derechito a la zona más impresionante, La garganta del diablo. Como habría dicho una amiga mía, puede que el nombre suene algo pretencioso, pero nada más lejos de la realidad... creo que no hay ninguna palabra que le haga justicia a ese lugar. 


Cuando vimos la garganta por primera vez, escuchamos su sonido y sentimos el agua en nuestra cara, a los dos se nos cortó la respiración. Nunca algo nos había impactado de esa manera. Ni las palabras ni las fotos hacen justicia a la sensación de estar en el borde de lo que posiblemente sea uno de los lugares más impresionantes y grandiosos del planeta. Cae tal cantidad de agua, y con tanta fuerza, que al llegar abajo se pulveriza y vuelve a subir. Sólo se ve un abismo blanco, y encima la furia de toneladas de agua cayendo a toda velocidad. 


Después de la garganta nos recorrimos los senderos inferiores y cogimos la divertida lancha que te acerca a la catarata. Desgraciadamente no nos dio tiempo a caminar por las pasarelas que recorren el borde de algunas cataratas.

Al día siguiente bien temprano cogimos un autobús que nos llevaría al lado brasileño, que te ofrece una perspectiva completamente diferente, e igualmente impresionante. Mucho más panorámica que la que ofrece el lado argentino. Digamos que es el lado que permite hacer "la foto". 




Después visitamos la segunda central hidroeléctrica más grande en el mundo, Itaipu. Suministra energía eléctrica al 80% de Paraguay y al 25% de Brasil. El lago artificial que dio como resultado esta central inundó un terreno en el que se encontraban unas cataratas que por lo visto eran más altas e impresionantes que las de Iguazú, por mucho que me cueste creerlo. Desgraciadamente se me acabó la batería de la cámara, así que pongo un enlace a una foto de google.

El día acabó en Ciudad del Este, Paraguay. Un sitio curioso, caótico y lleno de tiendas de imitaciones y contrabando. Lo que más me sorprendió fueron los vendedores locales ofreciendo tasers en cada rincón. 



Al día siguiente empezaba nuestro camino a Asunción, nuevamente en autobús. Tras 6 horas de atravesar un paisaje bastante monótono llegamos a la capital de Paraguay, mucho más tranquila que su vecina Ciudad del Este, aunque con muchísimo tráfico. Tras un taxi que nos llevó a la puerta de la Embajada de Japón, llegamos nuestro verdadero destino: Asami. Sobra decir que nos hizo muchísima ilusión pasar unas horas con ella, ver su casa


Y disfrutar con ella en un restaurante bastante lujoso al que nos llevó. Se trata de una churrasquería brasileña bastante famosa, en la que los camareros pasaban por las mesas incansablemente con carne asada en bandejas y pinchadas en unos cilindros metálicos similares a los que se usan en las asadoras de pollos. 



A la mañana siguiente cogimos dos autobuses más. Uno de 4 horas y otro de 18 horas para llegar a Salta. Por tanto, casi 24 horas más tarde llegamos a esta ciudad llamada Salta la linda no sin falta de razón, pero de esta parada hablaré mañana en una nueva entrada de blog.  



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