Ayer o anteayer salí de Alicante en un avión
hacia Amsterdam. Allí pasé una noche en un hotel que parecía más bien un
capsule de Japón con ambiente futurista
Tras
levantarme, salir de la habitación y encontrarme con una terminal llena de
gente (sí, el hotel estaba dentro de la terminal… fue muy raro) me fui hacia la
puerta de embarque del vuelo que me iba a llevar a Buenos Aires, operado por
KLM, compañía de la cual sólo puedo decir cosas buenas. Tras dos comidas de
avión, varios snacks, una siestaca y tres películas (una de ellas, por cierto,
parece que se ha convertido en una de mis preferidas: “Cometas en el cielo”) el
vuelo llegó a Buenos Aires sin el menor inconveniente. Allí me tocó hacer tiempo
un par de horillas hasta que llegó Fidel.
Otro
par de horas más y estábamos en el hotel. Por cierto, descubrimos que ir a
Buenos Aires en invierno no es una buena idea del todo. Mucho frío, y más
humedad (sí, MÁS) que en Alicante. Hoy ya tengo un par de pantalones térmicos
más y unas polainas para los tobillos. Seguro que mi repertorio de lana y
tejido polar aumenta en las próximas semanas.
Cometas en el Cielo es una pasada! muy buena! ;P
ResponderEliminarVerdad? que triste, por cierto, llorar estando sola en el avión...
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