jueves, 2 de agosto de 2012

Aventuras cusqueñas

El día empezó con un suculento desayuno para coger fuerzas para disfrutar la nueva ciudad que se nos presentaba delante.

Decidimos aprovechar el tiempo al máximo, como no, contratando un “City Tour”, que nos llevó a los sitios más emblemáticos de los alrededores de Cuzco, como el Convento de Santo Domingo, construido sobre el templo Coricancha inca. 



Después partimos hacia las ruinas de Saqsayhuamán, construidas con la técnica inca del “piedra sobre piedra”, una construcción tan misteriosa que hoy en día todavía no se sabe cómo podían cortar con tanta precisión las rocas, ya que no se puede meter ni un alfiler entre ellas. 



Paseando entre sus recovecos, descubrimos una puerta por la cual pasaba el rey inca a lomo de sus súbditos quechuas.



También pasamos por otros lugares como “Tambomachay” 



Y otros lugares arqueológicos de los alrededores. De vuelta al centro, nos dimos otro homenaje para acabar el día, por un precio de 3 euros ¡amamos Perú!



Al día siguiente, iniciamos nuestro nuevo “trip” con destino al Parque Nacional de Manu,  una reserva de selva amazónica situada en Perú y catalogada como una de las mejores de Sudamérica. 



El viaje fue pesado, aunque hicimos algunas paradas de observación de aves y vegetación de selva alta. Uno de los pájaros más curiosos que vimos fue el llamado “Gallito de las rocas”, uno de los símbolos de Perú.

Después del largo camino, llegamos a nuestro primer lodge, totalmente construido con madera tropical y bambú.



Al día siguiente salimos para adentrarnos más en la selva. Hicimos una parada en el camino en un refugio de animales en recuperación, donde pudimos disfrutar de ellos ya que estaban muy acostumbrados a interactuar con personas. Lo mejor: una cría de jaguar de tres mesecillos que se quedó huerfanita al nacer. Era muy maja, pero apuntaba maneras un tanto agresivas en algunos momentos, porque a pesar de todo… no deja de ser un jaguar, por mucho que me recordara a mis gatitos… 



También hubo otro momentazo, Raúl y un jabalí peleándose a muerte por una manzana. Ganó el jabalí. 



Mientras tanto, Rubén se fue directo al “top manta” de hojas de coca. 



En el camino de vuelta, el mono encargado de vigilarlas dio buena cuenta de él.



Salimos del refugio en dirección a nuestra última parada en coche, el río Madre de Dios. 



A partir de ese momento todo nuestro viaje iba a ser en barca. 



Llegamos a nuestro segundo lodge, que estaba mucho más integrado en la selva




 y que sería nuestra estación base a partir de ese momento para todas las actividades que teníamos por delante, como bañarnos en una quebrada del río, 



Dar paseos por caminos para observar la vegetación, aves, lagunas, etc…



El último día del trip fue muy pesado porque tuvimos que desandar todo el camino para regresar a Cuzco. Eso sí, hicimos una parada para ver unas tumbas preincas donde nos encontramos una momia con sed de sangre :P



Por la noche llegamos a Cuzco, donde dormimos unas horas para partir hacia Aguas Calientes (estación base de Machu Picchu).  El recorrido en coche fue muy pesado. Al final llegamos a una central hidroeléctrica desde donde parte un camino paralelo a las vías del tren para llegar a nuestro destino. El paisaje era espectacular, lástima que la mitad del tiempo tuvimos que caminar de noche.



 Pero al final todo el camino valió la pena, a las 6 de la mañana del día 1 de agosto estábamos por fin en el punto estrella del viaje: La Ciudad Inca de Machu Picchu. Mucho más grande y en un paraje mucho más espectacular de lo que imaginábamos cualquiera de nosotros. Título de Maravilla del mundo totalmente merecido.





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