El día empezó con
un suculento desayuno para coger fuerzas para disfrutar la nueva ciudad que se
nos presentaba delante.
Decidimos
aprovechar el tiempo al máximo, como no, contratando un “City Tour”, que nos
llevó a los sitios más emblemáticos de los alrededores de Cuzco, como el
Convento de Santo Domingo, construido sobre el templo Coricancha inca.
Después partimos
hacia las ruinas de Saqsayhuamán, construidas con la técnica inca del “piedra
sobre piedra”, una construcción tan misteriosa que hoy en día todavía no se
sabe cómo podían cortar con tanta precisión las rocas, ya que no se puede meter
ni un alfiler entre ellas.
Paseando entre
sus recovecos, descubrimos una puerta por la cual pasaba el rey inca a lomo de
sus súbditos quechuas.
También pasamos
por otros lugares como “Tambomachay”
Y otros lugares
arqueológicos de los alrededores. De vuelta al centro, nos dimos otro homenaje
para acabar el día, por un precio de 3 euros ¡amamos Perú!
Al día siguiente,
iniciamos nuestro nuevo “trip” con destino al Parque Nacional de Manu, una reserva de selva amazónica situada en
Perú y catalogada como una de las mejores de Sudamérica.
El viaje fue
pesado, aunque hicimos algunas paradas de observación de aves y vegetación de
selva alta. Uno de los pájaros más curiosos que vimos fue el llamado “Gallito
de las rocas”, uno de los símbolos de Perú.
Después del largo
camino, llegamos a nuestro primer lodge, totalmente construido con madera
tropical y bambú.
Al día siguiente
salimos para adentrarnos más en la selva. Hicimos una parada en el camino en un
refugio de animales en recuperación, donde pudimos disfrutar de ellos ya que
estaban muy acostumbrados a interactuar con personas. Lo mejor: una cría de
jaguar de tres mesecillos que se quedó huerfanita al nacer. Era muy maja, pero
apuntaba maneras un tanto agresivas en algunos momentos, porque a pesar de todo…
no deja de ser un jaguar, por mucho que me recordara a mis gatitos…
También hubo otro
momentazo, Raúl y un jabalí peleándose a muerte por una manzana. Ganó el
jabalí.
Mientras tanto,
Rubén se fue directo al “top manta” de hojas de coca.
En el camino de
vuelta, el mono encargado de vigilarlas dio buena cuenta de él.
Salimos del
refugio en dirección a nuestra última parada en coche, el río Madre de Dios.
A partir de ese
momento todo nuestro viaje iba a ser en barca.
Llegamos a
nuestro segundo lodge, que estaba mucho más integrado en la selva
y que sería nuestra estación base a partir de
ese momento para todas las actividades que teníamos por delante, como bañarnos
en una quebrada del río,
Dar paseos por
caminos para observar la vegetación, aves, lagunas, etc…
El último día del
trip fue muy pesado porque tuvimos que desandar todo el camino para regresar a
Cuzco. Eso sí, hicimos una parada para ver unas tumbas preincas donde nos
encontramos una momia con sed de sangre :P
Por la noche
llegamos a Cuzco, donde dormimos unas horas para partir hacia Aguas Calientes
(estación base de Machu Picchu). El recorrido
en coche fue muy pesado. Al final llegamos a una central hidroeléctrica desde
donde parte un camino paralelo a las vías del tren para llegar a nuestro
destino. El paisaje era espectacular, lástima que la mitad del tiempo tuvimos
que caminar de noche.
Pero al final todo el camino valió la pena, a
las 6 de la mañana del día 1 de agosto estábamos por fin en el punto estrella
del viaje: La Ciudad Inca de Machu Picchu. Mucho más grande y en un paraje
mucho más espectacular de lo que imaginábamos cualquiera de nosotros. Título de
Maravilla del mundo totalmente merecido.
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