sábado, 11 de agosto de 2012

Rafting en el Urubamba

Se que hace unas horas me despedí desde Perú con una "última entrada", pero voy a faltar a mi palabra por petición de Raúl. Son las fotos de Rubén y Raúl haciendo rafting y tirolina en el río sagrado de los incas, el Urubamba. Antes de las críticas, una aclaración… las fotos no las hice yo, ni están hechas con mi cámara… :P











De 5000 metros a 0 metros en 0 coma...


Entre excursión y excursión de ruinas aprovechamos algunos ratillos para dar paseos por la encantadora ciudad de Cuzco. Sus calles coloniales, sus balcones de madera, las fachadas rústicas y su Plaza de Armas imponente eran motivos más que suficientes.  





Ante vosotros la emblemática piedra de 12 ángulos de la ciudad de Cuzco, colocada en junto a las demás formando parte de un puzzle de mil piezas perfectamente ensambladas.


Por la noche aprovechamos el momento para hacer "ronditas" de cócteles tropicales. La foto es de uno de ellos, de sabor tan explosivo cómo su color, Raúl puede dar fe de ello, le reventó el estómago. Se trataba de un daiquiri de fresa... ummmhhhhhhh suena bien, y sabía aún mejor. 


 El día siguiente fue "Día de ruinas" AGAIN. Empezamos por la ciudadela de Rohan... digoooo Pisaq, donde en la cima Rubén y Raúl no encontraron precisamente a Éowyn...


Después le tocó el turno a Ollantaytambo, otro complejo de ruinas y terrazas incas muy bien conservado... 


 Al subir arriba de todas esas terrazas (tarea no tan fácil, considerando la falta de oxígeno relativa a la altura), se llegaba al Templo del Sol, construido en piedras "pequeñitas" traídas de otros lugares... estos incas eran unos "mataos".


El último día en las alturas fue también "día de ruinas". Y terrazas. Y ruinas y terrazas. Y ruinas, terrazas y altura. Fue la excursión llamada "Maras Moray", donde pudimos observar terrazas circulares destinadas a ser un laboratorio para obtener las semillas más favorables, basándose en que la diferencia de temperaturas entre cada terraza era de aproximadamente un grado. 


Después fuimos a ver unos pozos de sal.


Al día siguiente partimos hacia Arequipa, llamada "La ciudad blanca" (¿Gondor?) por estar construida con sillares de piedra volcánica de este color. 



Uno de los lugares más famosos, cómo no, es la Plaza de Armas. Rubén y yo nos las ingeniamos para sacar "la foto", una vista de la catedral con el volcán Misti de fondo... dos de los símbolos de la ciudad en un mismo encuadre.



Subir a los tejados no fue gratis, nos costó un par de consumiciones en uno de los sitios pijines de la plaza con acceso a la azotea, aunque hay que reconocer que tomarnos ese "Jugo de papaya arequipeña" y ese mate de coca que arregla el estómago que le pongan delante valió la pena.


La catedral por la noche también fue un regalo para la vista



Al día siguiente partimos hacia El cañón del Colca, donde tuvimos la oportunidad de ver alpacas y cóndores, que por cierto es el Boeing 747 de las aves, la segunda en tamaño en el mundo (la gana tan sólo un tipo de albatros). 





Al día siguiente decidimos volver a nuestro entorno, los 0 metros sobre el nivel del mar. Nuestra primera parada fue la ciudad de Nazca, famosa por las líneas de Nazca, otra "matadita" de las culturas preincas.





Luego fuimos a un cementerio, también preinca, famoso por tener sus tumbas al descubierto, con las momias dentro. Por esta característica es único en el mundo, ya que en el resto de excavaciones arqueológicas las momias han sido trasladadas a museos. 



La tarde fue completamente diferente. Fuimos en autobús hasta la ciudad de Ica, vecina de Huacachina, un auténtico oasis en medio de un desierto de dunas.


Allí alquilamos un boogie para darnos cuenta que cualquier montaña rusa del mundo se queda corta frente a algo tan auténtico como uno coche rodeado de barras de hierro soldadas dando botes por las dunas. Dejo algunas fotos y vídeos de una de las experiencias más divertidas de nuestras vidas. Las tablas eran para hacer una actividad llamada sandboarding, que es una especie de snowboard versión arena. 

















Se que los vídeos se ven de lado. Mil disculpas.

La excursión finalizó viendo la puesta de sol sobre las dunas.



De camino a nuestro siguiente destino hicimos una parada en una fábrica de Pisco, licor de uva muy famoso típico de Perú y Chile, e ingrediente principal del Pisco Souer... la degustación de Pisco acabó de esta manera



Hoy hemos hecho nuestra última excursión, mañana nos vamos a Lima para al día siguiente coger el avión. La despedida ha sido buena, hemos estado en la reserva de Paracas, donde se encuentran las Islas Ballesta, llamadas también las "Galápagos de los pobres", donde se pueden observar miles de aves, lobos marinos, pingüinos y formaciones rocosas muy interesantes. 





De camino pudimos observar "El candelabro", dibujado sobre el terreno con técnicas similares a las líneas de Nazca.



Finalmente hicimos un tour en bus por la propia reserva, una zona desértico-playera de colores muy... ¿marcianos?



Y la última foto de esta larga entrada, nuestra comida de hoy. El plato de la derecha es el llamado cebiche, el plato más famoso de Perú, que básicamente es pescado crudo marinado con lima y ají. 



Y bueno, se acabó. Supongo que habrá alguna entrada más en la que contaré nuestro retorno y le haré una foto a la hamburguesa que nos pensamos meter entre pecho y espalda en Atlanta, EEUU, pero eso es algo que seguramente haré ya desde España. Me despido de y desde Perú pues. ¡Nos vemos!


jueves, 2 de agosto de 2012

Aventuras cusqueñas

El día empezó con un suculento desayuno para coger fuerzas para disfrutar la nueva ciudad que se nos presentaba delante.

Decidimos aprovechar el tiempo al máximo, como no, contratando un “City Tour”, que nos llevó a los sitios más emblemáticos de los alrededores de Cuzco, como el Convento de Santo Domingo, construido sobre el templo Coricancha inca. 



Después partimos hacia las ruinas de Saqsayhuamán, construidas con la técnica inca del “piedra sobre piedra”, una construcción tan misteriosa que hoy en día todavía no se sabe cómo podían cortar con tanta precisión las rocas, ya que no se puede meter ni un alfiler entre ellas. 



Paseando entre sus recovecos, descubrimos una puerta por la cual pasaba el rey inca a lomo de sus súbditos quechuas.



También pasamos por otros lugares como “Tambomachay” 



Y otros lugares arqueológicos de los alrededores. De vuelta al centro, nos dimos otro homenaje para acabar el día, por un precio de 3 euros ¡amamos Perú!



Al día siguiente, iniciamos nuestro nuevo “trip” con destino al Parque Nacional de Manu,  una reserva de selva amazónica situada en Perú y catalogada como una de las mejores de Sudamérica. 



El viaje fue pesado, aunque hicimos algunas paradas de observación de aves y vegetación de selva alta. Uno de los pájaros más curiosos que vimos fue el llamado “Gallito de las rocas”, uno de los símbolos de Perú.

Después del largo camino, llegamos a nuestro primer lodge, totalmente construido con madera tropical y bambú.



Al día siguiente salimos para adentrarnos más en la selva. Hicimos una parada en el camino en un refugio de animales en recuperación, donde pudimos disfrutar de ellos ya que estaban muy acostumbrados a interactuar con personas. Lo mejor: una cría de jaguar de tres mesecillos que se quedó huerfanita al nacer. Era muy maja, pero apuntaba maneras un tanto agresivas en algunos momentos, porque a pesar de todo… no deja de ser un jaguar, por mucho que me recordara a mis gatitos… 



También hubo otro momentazo, Raúl y un jabalí peleándose a muerte por una manzana. Ganó el jabalí. 



Mientras tanto, Rubén se fue directo al “top manta” de hojas de coca. 



En el camino de vuelta, el mono encargado de vigilarlas dio buena cuenta de él.



Salimos del refugio en dirección a nuestra última parada en coche, el río Madre de Dios. 



A partir de ese momento todo nuestro viaje iba a ser en barca. 



Llegamos a nuestro segundo lodge, que estaba mucho más integrado en la selva




 y que sería nuestra estación base a partir de ese momento para todas las actividades que teníamos por delante, como bañarnos en una quebrada del río, 



Dar paseos por caminos para observar la vegetación, aves, lagunas, etc…



El último día del trip fue muy pesado porque tuvimos que desandar todo el camino para regresar a Cuzco. Eso sí, hicimos una parada para ver unas tumbas preincas donde nos encontramos una momia con sed de sangre :P



Por la noche llegamos a Cuzco, donde dormimos unas horas para partir hacia Aguas Calientes (estación base de Machu Picchu).  El recorrido en coche fue muy pesado. Al final llegamos a una central hidroeléctrica desde donde parte un camino paralelo a las vías del tren para llegar a nuestro destino. El paisaje era espectacular, lástima que la mitad del tiempo tuvimos que caminar de noche.



 Pero al final todo el camino valió la pena, a las 6 de la mañana del día 1 de agosto estábamos por fin en el punto estrella del viaje: La Ciudad Inca de Machu Picchu. Mucho más grande y en un paraje mucho más espectacular de lo que imaginábamos cualquiera de nosotros. Título de Maravilla del mundo totalmente merecido.